miércoles, 18 de junio de 2008

Ser tu mismo.

Sólo te vuelves original cuando trasciendes la mente. Cuando se abandona la mente y la consciencia enfrenta a la existencia directamente con inmediatez, en contacto con la existencia momento a momento, entonces te vuelves original.
Por primera vez eres tu mismo.

miércoles, 11 de junio de 2008

La Meditación II

La meditación

¿Qué es la meditación? ¿Es una técnica que se puede practicar? ¿Es un esfuerzo que hay que hacer? ¿Es algo que la mente puede lograr? No, no es nada de esto.
Todo lo que la mente puede hacer no puede ser meditación, es algo mas allá de la mente, la mente es absolutamente impotente ahí. La mente no puede entrar en meditación; donde acaba la mente, comienza la meditación.
Esto hay que recordarlo, porque en nuestra vida, todo lo que hacemos lo hacemos con la mente; todo lo que logramos, lo logramos a través de la mente. Y entonces, cuando empezamos a mirar para dentro, de nuevo empezamos a pensar en términos de técnicas, métodos,, hacer, porque la experiencia entera de nuestra vida nos muestra que todo puede ser hecho por la mente. Sí, excepto la meditación, todo puede ser hecho por la mente; todo se hace por la mente, excepto la meditación. Porque la meditación no es un logro; ya está ahí., es tu propia naturaleza. No hay que lograrla; sólo hay que reconocerla, sólo que recordarla. Esta ahí, esperándote, tan sólo un giro hacia adentro y está disponible. La llevas contigo desde siempre.
La meditación es tu naturaleza intrínseca, es tú, es tu ser, no tiene nada que ver con hacer algo. No puedes tenerla, no puedes no tenerla, no se puede poseer. No es una cosa. Es tú. Es tu ser.
Una vez que comprendes lo que es la meditación, todo se vuelve claro; de otra forma, seguirás andando a tientas en la oscuridad.
La meditación es un estado de claridad, no un estado de la mente. La mente es confusión. La mente nunca está clara. No puede estarlo. Los pensamientos crean nubes a tu alrededor, son nubes sutiles. Crean una niebla y se pierde la claridad. Cuando los pensamientos desaparecen, cuando ya no hay nubes rodeándote, cuando existes sencillamente en tu ser, la claridad sucede. Entonces puedes ver a lo lejos; hasta el final de la existencia; entonces tu mirada se vuelve penetrante, hasta el centro mismo del ser.
La meditación es claridad, absoluta claridad de visión. No puedes pensar en ello. Tienes que dejar de pensar. Cuando digo: “tienes que dejar de pensar”, no tomes conclusiones rápidamente, porque tengo que utilizar el lenguaje. Así que digo: “Deja de pensar””, pero si empiezas a dejar, no comprendes, porque de nuevo la estas reduciendo a hacer algo.
“Deja de pensar” significa simplemente que no hagas nada. Siéntate. Deja que los pensamientos se asienten por si mismos. Deja que tu mente cese por si misma. Tú simplemente te sientas mirando la pared, en un rincón silencioso, sin hacer nada en absoluto. Relajado. Suelto. Sin ningún esfuerzo. Sin ir a ninguna parte. Como si estuvieras durmiendo despierto, estás despierto y estás relajado, pero todo tu cuerpo se está durmiendo. Tú permaneces alerta por dentro, pero todo el cuerpo entra en una profunda relajación.
Los pensamientos se asientan por si mismos, no necesitas meterte entre ellos, no necesitas intentar arreglarlos. Es como si el agua de un arrollo se hubiera llenado de barro ....¿qué haces? No te tiras al arrollo y empiezas a a tratar de ayudarlo a aclararse, ¿verdad? Así lo embarrarás más. Simplemente te sientas a la orilla. Esperas. No hay nada que hacer. Porque cualquier cosa que hagas embarrará más el arrollo. Si alguien ha pasado por el arrollo y han salido las hojas muertas a la superficie y se y ha levantado el barro, lo único que se necesita es paciencia. Simplemente te sientas a la orilla. Observas, con indiferencia. Y según vaya fluyendo el arrollo, se llevará las hojas muertas, y el barro comenzará a asentarse, porque no puede estar flotando para siempre. Después de un rato, de pronto te darás cuenta,
el arrollo está cristalino de nuevo.
Siempre que pasa un deseo por tu mente, el arrollo se embarra. Así que, simplemente, siéntate. No intentes hacer nada. En Japón, este “simplemente sentarse” se llama zazen: simplemente sentarse y no hacer nada. Y un día sucede la meditación. No es que tu la traigas; viene hacia ti. Y cuando viene, la reconoces inmediatamente. Siempre ha estado ahí, pero no estabas mirando en la dirección correcta. El tesoro estaba dentro de ti, pero tú estabas ocupado en otra parte: en los pensamientos, en los deseos, en mil y una cosas. No estabas interesado en una única cosa... tu propio ser.
Cuando la energía va hacia adentro – cuando tu energía vuelve a la fuente – de pronto se alcanza la claridad. Entonces puedes ver las nubes a mil millas de distancia, y puedes oír música antigua en los pinos. Entonces todo esta disponible para ti.
La meditación es una aventura, una aventura en lo desconocido, la mayor aventura que pueda tomar la mente humana... La meditación es simplemente ser, sin hacer nada, ninguna acción, ningún pensamiento, ninguna emoción. Simplemente eres. Y es un puro deleite. ¿De dónde viene este deleite cuando no estás haciendo nada? Viene de ninguna parte, o viene de todas partes. No tiene causa, porque la existencia está hecha del material que llamamos alegría.
La meditación sólo te hace consciente de tu potencial, lo que puedes ser, lo que puedes hacer, lo que no has hecho, lo que no has usado. Los psicólogos dicen que el hombre sólo esta usando el 5 por ciento de su potencial. ¡Qué desperdicio!, sólo el 5 por 100. El 95 por ciento se ha ido a la basura por no usarlo; y la gente quiere vivir por mucho tiempo. ¿Para qué?

Puedes vivir muy intensamente en esta corta vida si usas el 100 por 100 de tu potencial. Será mejor que vivir diez mil años usando sólo el 5 por cien de tu potencial. Vivir sólo setenta años es suficiente si usas el 100 por 100 de tu potencial, ¡Te volverás una llama de alegría!
Cuando no estás haciendo nada en absoluto - corporalmente, mentalmente, a ningún nivel – cuando ha cesado toda actividad y simplemente eres puro ser, eso es la meditación. No puedes hacerla, no puedes practicarla; sólo tienes que comprenderla.
Siempre que puedas, encuentra algún rato para simplemente ser, deja todo el hacer. Si aunque sea por un solo momento no haces nada y estas simplemente en tu centro, completamente relajado, eso es meditación. Y una vez que le hayas cogido el tranquillo, puedes permanecer en ese estado todo el tiempo que quieras. Al final, puedes permanecer en ese estado las veinticuatro horas del día.
Una vez que te hayas dado cuenta de la manera en que tu ser puede permanecer sereno, lentamente puedes empezar a hacer cosas, manteniéndote alerta para que tu ser no se agite. Esta es la segunda parte de la meditación. Primero, aprender simplemente a ser, y luego aprender a realizar pequeñas acciones: limpiar el suelo, tomar una ducha, pero permaneciendo centrado. Luego podrás hacer cosas complicadas.
Por ejemplo, yo les estoy hablando, pero mi meditación permanece sin perturbar. Puedo seguir hablando, pero en mi centro no hay ni una pequeña oscilación; esta en silencio, en silencio absoluto.
Así que la meditación no esta contra la acción. No es que tengas que escaparte de la vida. Simplemente te enseña una nueva manera de vivir: te vuelves el centro del ciclón.
Tú vida continua, y continua mucho más intensamente – con más alegría. Con más claridad, más visión, mas creatividad – y, sin embargo, tú mantienes una distancia, como alguien que observa desde una colina, simplemente viendo todo lo que sucede a tu alrededor. No eres el que hace, eres el que observa.
Ese es todo el secreto de la meditación, que te vuelves el que observa. La acción continua a su propio nivel, no hay problema: cortar madera, sacar agua del pozo. Puedes hacer todo tipo de cosas pequeñas y grandes; sólo hay una cosa que no está permitida: que pierdas tu centro.
Esa conciencia, esa vigilancia, debería permanecer absolutamente despejada, sin interrupción. La meditación es un fenómeno muy sencillo.

¿Puedes explicar los pasos básicos que conducen al estado de la conciencia meditativa?

El primer paso en la conciencia es ser muy consciente de tu cuerpo. Muy poco a poco, uno se vuelve alerta ante cada gesto, cada movimiento. Y según te vas volviendo alerta, empieza a suceder un milagro: muchas cosas que antes solías hacer, simplemente desaparecen. Tu cuerpo se vuelve más relajado, tu cuerpo se armoniza más, una profunda paz empieza a prevalecer incluso en tu cuerpo, una música sutil vibra en tu cuerpo.
Entonces empieza a tomar conciencia de tus pensamientos; hay que hacer lo mismo con los pensamientos. Son más sutiles que el cuerpo y, por supuesto, también más peligrosos.
Y cuando tomes conciencia de tus pensamientos, te sorprenderá ver lo que sucede en tu interior. Si escribes lo que pasa en cualquier momento, será una gran sorpresa. No podrás creer que esto es lo que pasa dentro de ti. Escribe durante unos diez minutos. Cierra la puerta, cierra con llave puertas y ventanas para que no entre nadie, para que puedas ser totalmente honesto, ¡y manten la chimenea encendida para poder tirarlo al fuego!, para que nadie lo sepa más que tú. Y sé completamente honesto, escribe todo lo que te pasa por la mente.
Después de diez minutos, léelo, ¡verás que llevas dentro una mente loca! Como no nos damos cuenta, toda esta locura sigue pasando como una corriente de fondo. Afecta todo lo que haces, afecta todo lo que no haces; lo afecta todo. ¡ Y su suma total va a ser tu vida! Tienes que cambiar a este loco. Y el milagro de la conciencia es que no necesitas hacer nada más que ser consciente.
El mero fenómeno de observarlo, lo cambia. Lentamente, el loco desaparece, lentamente, los pensamientos empiezan a caer en ciertos patrones; ya no son un caos, empiezan a ser un cosmos. Y, de nuevo, prevalece una paz profunda. Y cuando tu cuerpo y tu mente estén en paz verás que también se han armonizado entre ellos, que hay un puente. Ya no van en direcciones diferentes, no van montados en caballos diferentes. Por primera vez hay acuerdo, y ese acuerdo ayuda inmensamente a trabajar en el tercer paso: el de tomar conciencia de tus sentimientos, emociones, humores.
Esta es la etapa más sutil y más difícil, pero si puedes tomar conciencia de los pensamientos, este es sólo un paso más. Necesitas un poco más de conciencia intensa al empezar a reflejar tus humores, tus emociones, tus sentimientos.
Una vez que eres conciente de los tres – cuerpo, pensamientos y emociones -, se unen para formar un solo fenómeno. Y cuando los tres son uno, funcionando juntos perfectamente, vibrando juntos, sentirás la música de los tres; se han vuelto una orquesta. Entonces sucede el cuarto, que no lo puedes hacer, sucede por sí mismo. Es un regalo de la totalidad. Es una recompensa para los que han hecho estos tres.
El cuarto es la conciencia suprema que te despierta. Uno toma consciencia de su propia conciencia, eso es el cuarto. Eso te hace un buda, un ser despierto. Y sólo en ese despertar uno llega a saber lo que es la dicha. El cuerpo conoce el placer, la mente conoce la felicidad, el corazón conoce la alegría, el cuarto conoce la dicha.

(Extraído de “El libro de la mujer”, Osho.)

martes, 3 de junio de 2008

La meditación "entrena el cerebro"


Un estudio científico sugiere que las respuestas básicas e involuntarias del cerebro pueden ser anuladas.
A esta conclusión llegaron los expertos de las universidades de Queensland y
California luego de estudiar las reacciones visuales de 76 monjes budistas
tibetanos con experiencia en meditación.
Durante las pruebas realizadas por los investigadores, los monjes se pusieron
unas gafas especiales que les permitían ver simultáneamente una imagen diferente
con cada ojo.
La respuesta normal -y automática- del cerebro sería alternar rápidamente la
atención entre ambas imágenes, una reacción conocida como rivalidad perceptiva o
visual.
Sin embargo los monjes fueron capaces de concentrarse en sólo una de las imágenes.

Monjes budistas en el Tibet
Los investigadores estudiaron a
76 monjes budistas tibetanos.

El poder de la voluntad
Mediante la meditación en "un punto", los monjes lograron centrar su atención
sobre un solo objeto o pensamiento.

Aquellos que tenían mayor experiencia en meditación consiguieron concentrarse en sólo una de las imágenes durante un período más largo, de hasta 12 minutos.
Según explican los expertos en la revista científica Current Biology, la capacidad
de los monjes para anular la respuesta mental básica indica que el cerebro puede
ser entrenado.
Hasta ahora se creía que la rivalidad perceptiva era una respuesta básica e
involuntaria.


"Los monjes demostraron que podían bloquear la información externa"
Olivia Carter, de la Universidad de Queensland

Salud mental

"Los monjes demostraron que podían bloquear la información externa", explicó Olivia Carter, de la Universidad de Queensland.
"Sería bueno ahora hacer más pruebas utilizando técnicas de imagen para ver
exactamente qué diferencias hay en los cerebros de los monjes".
"La gente que practica la meditación, incluido el Dalai Lama, ha expresado que
la habilidad para controlar y dirigir los pensamientos puede ser muy beneficiosa
en términos de salud mental", añadió Carter.
Los monjes, todos ubicados en lugares de retiro de la India, habían recibido entre
5 y 54 años de entrenamiento en meditación.

Jóvenes monjes budistas
Cuanto más experiencia en meditación tenían los monjes
más tiempo podían concentrarse en una sóla imagen.