domingo, 27 de noviembre de 2022

Si uno delira


Si uno delira, que es hablar de una manera diferente, nadie quiere escuchar lo que dice y además le llaman a uno delirante. Entonces, una pastillita para no delirar. Como la pastillita para no delirar tiene que ser tan fuerte, más fuerte que los modelos ideológicos que no pudieron impedir el delirio, hay que darle otra pastillita para que pueda caminar, porque las pastillitas para el delirio, normalmente no solamente aplacan el delirio sino que aplacan las ganas de caminar, es decir, las ganas de vivir. Entonces, una pastillita para aplacar el delirio, otra pastillita para poder caminar. 
La mayoría de las pastillitas para el delirio producen una especie de temblor, entonces hay que dar una tercera pastillita para el temblor, porque si no el paciente se asusta porque ya no delira pero ahora tiembla y no puede caminar. Entonces, no le conviene de ninguna manera la sanidad que le proponen, ¿a qué loco le conviene esa sanidad? Por lo tanto, volverá al neuropsiquiátrico o a la clínica, volverá loco porque la sanidad que le proponen es una sanidad donde tiene miedo todo el día porque tiembla y no puede caminar. Entonces, el loco prefiere su delirio que no solamente le hace caminar, le hace volar, le hace conocer regiones escondidas, regiones ignotas. 
Entonces, habrá que proponerle al paciente, está claro, algo que la medicina no tiene para proponer, que es otra mirada, otra visión sobre la problemática que lo aísla volviéndolo loco. 

Menassa, Miguel Oscar (1998) Freud y Lacan - hablados - 1. Editorial Grupo Cero 

jueves, 17 de noviembre de 2022

La humanidad hipnotizada


Hace un tiempo le comentaba a una colega psicoterapeuta, maestra en hipnotismo y de la que espero aprender mucho, que comprendiendo de lo suyo había tomado conciencia de que no solo hay personas que necesitan del hipnotismo para salir de, o cambiar, lo inconsciente que los maneja de mala manera y no los deja tener éxito en su vida. Me di cuenta también que existe una gran porción de la humanidad hipnotizada y manipulada para no darse cuenta de su propia autodestrucción. 

Yo vengo de una cultura y cosmovisión ancestral en donde lo primordial era la madre tierra y su basamento era dominar el cultivo de las plantas. Preconizaba una reciprocidad con aquella de tal manera que incluso debíamos hacerle un “pago” por lo que nos daba. Siendo así cuidarla era lo primordial y fundamental por sobre todas las cosas. Pero eso cambió radicalmente con la invasión europea. Los valores se trastocaron y la primordialidad pasó a la adoración de algo más por encima de todas las cosas, cosificando la tierra y considerándola ahora un mundo inferior frente a otro mejor y fuera de ella. 

Hipnotizados bajo esa nueva  cosmovisión a lo largo de los años se desarrolló una tecnología de explotación de lo que antes era considerado sagrado: la madre tierra, y que ahora era solo un medio para un fin muy superior. 

La pandemia nos dio la oportunidad de darnos cuenta a todos, al estar obligados al aislamiento, cuanto es que nuestra participación puede alterar el habitat en que vivimos. Durante nuestro aislamiento todo floreció, el cielo se limpio, escuchamos aves y observamos animales en el mar que estuvieron opacados por la vorágine de la metrópolis, en mi caso Lima. 

Pero la pandemia terminó y todo volvió a la “normalidad” y regresamos a nuestra hipnotizada humanidad y de vuelta hacia los “valores superiores”. 

Todo parece indicar que estos y la acumulación excesiva de cosas que realmente no necesitamos continuarán. ¿Será posible des hipnotizar a la humanidad? ¿Cambiar esa subjetividad auto destructiva, ya no solo en lo individual sino a nivel global? ¿Y además en el corto plazo para sobrevivir como especie?